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La Celestina

La Celestina

Con "La Celestina" se inaugura una forma nueva de representar el drama humano. Empezó como una de las comedias humanísticas que se escribían en las universidades europeas y acabó cristalizando en una intensa tragedia que refleja, con extrema crudeza, una dura realidad social, y en la que las pasiones desbocadas arrastran a los protagonistas hacia el dolor y la muerte.

Con "La Celestina" se inaugura una forma nueva de representar el drama humano. Empezó como una de las comedias humanísticas que se escribían en las universidades europeas y acabó cristalizando en una intensa tragedia que refleja, con extrema crudeza, una dura realidad social, y en la que las pasiones desbocadas arrastran a los protagonistas hacia el dolor y la muerte. La versión que presentamos, ligeramente modernizada, permitirá al joven lector acercarse y sentir en toda su intensidad las emociones recreadas en esta obra maestra de la literatura universal.

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Fernando De Rojas

Fernando de Rojas nació en La Puebla de Montalbán (Toledo), hacia 1470. Estudió leyes en la Universidad de Salamanca, según él mismo afirma en «La carta del autor a un su amigo», que precede el texto de su obra. Parece documentado que hacia 1496-97 habría obtenido su grado de Bachiller en Leyes. Hoy día no se duda de que sea el autor de «La Celestina», que habría escrito con pocos más años que su protagonista, Calisto, que cuenta con veintitrés. Fernando de Rojas rondaría los veinticinco. El autor reveló su nombre y lugar de nacimiento en un famoso acróstico al principio de la segunda edición del año 1500. No se le conoce ninguna otra obra ni es mencionado por ninguno de sus contemporáneos. Se le sabe establecido en la localidad de Talavera de la Reina, población de la que algunos autores piensan que fue alcalde. Murió en 1541 en Talavera de la Reina, entre el 3 y el 8 de abril. Se conserva su testamento, fechado ese día 3, muy detallado, que ha sido el deleite de los críticos al poder estudiar su abundante biblioteca. Dejó los libros de derecho a su hijo, que también fue abogado, y los de literatura profana a su esposa. En el inventario de su biblioteca, y eso es lo extraño, solo figura un ejemplar de «La Celestina» y ninguno de la «Segunda comedia de La Celestina» y de la«Tercera parte de la tragicomedia de Celestina», publicadas en vida de Rojas.

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